Tras largos años de inacción política y otros tantos de confusión e indignación del público, la lacra de la especulación con las entradas de conciertos tiene al fin un enemigo al que temer: la Ley de Servicios Digitales (LSD). Esta nueva norma, que abrió un horizonte de esperanza para artistas, promotores y sus clientes en 2022 cuando fue aprobada por el Parlamento Europeo, ha entrado en vigor este febrero con el objetivo principal de controlar la reventa digital ilícita de tickets de eventos culturales.Tal como explica el despacho de abogados Sympathy for the Lawyer , a grandes rasgos esta ley garantizará que los vendedores profesionales sean identificables, evitará tácticas de venta manipuladoras y exigirá informes periódicos para una mejor trasparencia, dejando atrás las regulaciones creadas en la era pre-internet, obsoletas y absolutamente ineficaces en esta materia. «Las empresas que se dedican a prestar servicios intermediarios online disponían, hasta ahora, de una serie de salvaguardias o exención de responsabilidad sobre los contenidos que gestionaban ya que se consideraban simples intermediarios entre usuarios (…) Y por ello, evitaban sanciones escudándose en que no pueden revisar todo el contenido que se sube», explica Borja Martín Díaz en un artículo publicado en la web del bufete, titulado ‘Principio del fin de la reventa’.Esta ley pretende corregir este tipo de abusos y determinar hasta qué punto portales como Viagogo son responsables de los contenidos que suben los usuarios a su web, contrarrestando la excusa de que ellos no venden el ticket sino que solo proporcionan el canal para que dos personas puedan realizar la compraventa de las entradas.Noticia Relacionada estandar Si De Taylor Swift a Metallica: los conciertos más esperados de 2024 David Morán Springsteen, Karol G, Duki, Pearl Jam, Olivia Rodrigo y Green Day lideran un curso marcado por el nuevo Bernabéu y el empuje de las estrellas latinasUno de los puntos clave de esta regulación es que a partir de ahora, una plataforma como Viagogo sí va a ser responsable «cuando su apariencia web se asemeje a una plataforma ticketera haciendo creer a un usuario que está comprando desde una plataforma legitima, es decir, cuando genere confusión al consumidor», señala Martín Díaz. También se exigirá responsabilidad cuando la plataforma dé las pautas y orientaciones para «colocar el ticket en su web, porque aquí la empresa no solo no están siendo mero intermediario, sino que está realizando una gestión».La ley establece mayores requisitos de trazabilidad para evitar la venta de entradas duplicadas o falsas y obliga a estas plataformas a generar informes anuales «comprensibles y accesibles al público informando sobre la actividad de moderación de contenidos ilícitos que hayan realizado durante el año». Y además pone en marcha medidas para limitar el posicionamiento privilegiado de las páginas de reventa en los motores de búsqueda , cosa que perjudica con especial flagrancia a promotores y compradores despistados ya que en muchas ocasiones, cuando se busca una entrada en Google lo primero que aparece es un portal de reventa, que a veces incluso especula con entradas antes de que estén en circulación.Las intenciones de la Unión Europea son claras y la regulación parece estar bien diseñada, pero después de ver cómo otras medidas han fracasado estrepitosamente (por ejemplo, en 2019 Google prohibió anunciarse a ViaGogo y no sirvió de mucho) la gran pregunta es: ¿Será suficiente para preservar los derechos de los consumidores y los intereses de los promotores y artistas? «Sobre el papel, sí» asegura Manuel López, co-CEO de Sympathy for the Lawyer . «Si en la práctica se establece bien, las medidas son suficientemente contundentes para acabar con este abuso de una vez. Aunque las prácticas de estos portales eran contrarios a la normativa, hasta ahora no había un marco explícito ni un organismo que lo vigilara. En España, la responsable de que esto se ponga en práctica es la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), y esperamos que se pongan las pilas y que de verdad meta miedo a estas plataformas».El aspecto más temible de la LSD para ViaGoGo y similares es, según López, que «ahora se les considere responsables y sea más fácil interponerles sanciones directas», y también que «se pueda dar orden de bloqueo» para la retirada de contenidos ilícitos, ya que «estos están usando la marca y la imagen de los artistas sin su autorización, comercializando entradas de forma fraudulenta cuando hay entradas falsas o con incrementos de precios». Además, señala el abogado, los portales de reventa sufrirán por el hecho de que «se podrán tomar medidas contra Google si sigue siendo cómplice de estas prácticas» aceptando el dinero que estos invierten en publicidad y posicionamiento.Ante esta nueva coyuntura adversa, los portales de reventa previsiblemente «reforzarán su carácter de plataforma P2P» , advierte López. «Se agarrarán a eso para seguir con el argumento de que son meros intermediarios, pero con esta nueva regulación será más difícil que cuele». Así, si la LSD tiene eficacia práctica, los compradores de entradas «tendrán precios más justos y dejarán de sufrir situaciones dramáticas, como los casos en los que después de gastar un dinero importante en viajar y hospedarse para acudir a un concierto, se encuentran con que su ticket es falso». Por otra parte, que las webs de reventa ahora estén obligadas a modificar su aspecto para no parecerse a un portal oficial evitará mucha confusión en los compradores. MÁS INFORMACIÓN Los riesgos de la reventa de entradas llegan a los festivalesEn resumen, «esta es una buena noticia para el público», concluye López, porque «el consumidor va a dejar de sufrir la falta de protección por parte de las autoridades de consumo estatales y autonómicas, que hasta ahora han tenido una actitud pasiva e ineficaz». Ahora, sólo queda por ver cuánto tiempo tardamos en notarlo.RSS de noticias de cultura/musica Read More 

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