El 2 de diciembre de 1983, MTV emitió un cortometraje que rompió la barrera entre el cine y la música. El mismo año que Scarface redefinía el cine de gánsteres y el regreso del Jedi cerraba una trilogía fantástica, Michael Jackson y John Landis construyeron una pieza audiovisual de terror pop que costó medio millón de dólares, empleó a 40 maquilladores y convirtió una “canción novedosa” en el estándar dorado de los videoclips.